Vestido de
la aguja se presentó en esta plaza el novillero de Táchira, Venezuela,
Jesús Enrique Ruiz Silva, hijo del matador en retiro Jesús Colombo quien
cayó de pié en esta plaza.
Firmeza y valor mostró toda la tarde. Es un gran banderillero. y sus
dos turnos fueron cubiertos por él y “se asomó al balcón”. En todos
ellos con gran astucia y arrojo. Mostró voluntad en la muleta y
lamentablemente fue empitonado en su primero no pasó a
más por sus fallos con el acero. Pero en 5°, un sustituto de San Lucas,
con muy poco trapío, lució enormidades por sus pausas y talento. Mató
de una entera y el público no dudó en concederle una oreja que paseó con
gran fervor.
En
contraste, el hidrocálido José María Hermosillo no vino de vena y no
mostró las buenas maneras que sus mentores le divulgan. Hoy estuvo
ausente y le pesó de mucho la plaza. Habrá
que verlo de nuevo para dar una opinión más clara de lo que le ocurre
pero se le vio sin hambre de torero.
Abrió plaza
el hidrocálido Nicolás Gutiérrez se vio enterado y con sitio, sin
embargo su novillo en turno se acabó pronto y la gente le reclamó
injustamente exigiéndole más de lo
que podía ofrecer ante las condiciones de el novillo que terminó
echando la cara arriba. No tuvo suerte al matar y se retiró en silencio
tras pegar una estocada baja y efectiva.
Con el sustituto segundo estuvo bajo el mismo tenor pero el viento lo molestó en demasía y aunque se vio seguro y
con los pies plantados no culminó su faena como hubiese querido. Otra vez se retiró en silencio.
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