En la noche de su despedida en tierras
potosinas, el maestro Zotoluco tuvo una
tarde en maestro tras cortarle una oreja a su primer toro en una faena de mando
y poder que obligó al de la Joya a entregarse al de Azcapotzalco, quien con
media estocada le fue otorgada una merecida oreja.
Con el segundo de su lote, un precioso
jabonero, Zotoluco se dio gusto toreando por ambos pitones, en series largas y
templadas entregándosele la afición potosina al grito de torero, torero y tras
una estocada entera en todo lo alto le fueron concedidas las dos orejas.
El toro de la despedida fue un negro burraco
con cuajo, muy bien presentado, que desde salida hizo cosas muy feas,
provocándole un rumbo al picador Nacho Melendes. Con la muleta, Zotoluco tuvo
que aguantarle mucho en las primeras tandas y al final consiguió tandas de
mucha valía, entregándose el de la Joya a la poderosa muleta del maestro quien
desafortunadamente se puso pesado con la espada, perdiendo las dos orejas que
tenía ganadas a ley. No obstante el público le obligó a dar la vuelta al ruedo
al son de las golondrinas.
Ignacio Garibay ha estado muy torero toda la tarde, con su primero consiguió pasajes de mucha torería que desafortunadamente emborronó con la espada perdiendo por lo menos una oreja.
A su segundo lo lanceó con cadencia y lo quito
por ceñidas chicuelinas, con la muleta la faena mantuvo el buen nivel y Nacho
lo toreó con gusto y temple rematando la faena de una estocada entera
ligeramente desprendida y le fue concedida una merecida oreja.
El
rejoneador potosíno Sebastian Torre abrió el festejo lidiando un novillo de
Marco Garfias que presentó complicaciones y al que el joven rejoneador castigo
acertadamente. En banderillas anduvo solvente y muy dispuesto durante toda la
lidia, lo mato de tres cuartos de estocada y tres golpes de descabello, siendo
calurosamente ovacionado por sus paisanos que supieron reconocerle su esfuerzo.
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